Afrontar febrero es muy duro, porque hace frío, hay que entrenar.
Marzo también es duro, y la gente, por lo que sea, baja entrenamientos.
El premio a la constancia es ese: febrero y marzo estar ahí y al final los últimos partidos competirlos, y ahí es donde se decide todo en realidad.
Yo creo que no nos van a temblar las piernas. Por la gente que estamos, por el compromiso que tiene la gente y sobre todo, lo que estamos trabajando semana a semana.
La muestra clara es que sale un compañero, entra otro, el nivel sigue siendo el mismo y seguimos compitiendo.
Sobre todo, la actitud del equipo porque cuando se nos ponen las cosas, digamos no de cara, sabemos competir, calmarnos y afrontar el partido para conseguir los tres puntos.